viernes, 27 de enero de 2017

Reunión / Keila Vall de la Ville


























Reunión

A veces, por los senderos de la huerta,
algún ángel me seguía casi rozándome;
su sonrisa y su traje, cotidianos.

Marosa Di Giorgio



Tengo amigas que recitan poemas
tengo una mordida, me recuerdan.
Yo soy sola, es cierto,
pero ellas dicen cosas como
una más una somos la misma,
mi lucha por no perderme se escribe igual,
no te olvides
de ti
hablemos con un café.

Tengo amigas que dicen
de tanto ser mujer a veces quisiera ser hombre
para al menos tener razón.
Se me hermanan
al pronunciar palabras como cansancio
teta
sexo
puré.

Yo soy sola
me lo recuerdas
como si eso te diera fuerza cuando olvidas mi
nombre.

Recitan poemas,
hay una que me mira en silencio y asiente,
otra responde adiós, se me quema esto hablamos luego,
de tanto cocinar desempolvar postergar quisiera huir me dice,
pero tengo este amor
esta mordida.
Algunas nostalgian y aunque se fueron me dicen queda
quédate.
Una se desconoce,
está abrumada y lo aprovecha para no decir
ésta soy yo.
Se oculta tras la niebla del quehacer.

Estas amigas, a veces no saben cómo dividirse,
creen que pueden y sufren por no saber.
Como si un pie pudiese andar por su cuenta
mientras el corazón camina otra ruta.
No es posible.
Lo aprenden y me advierten que soy
unasolapieza
y que de cierta misteriosa manera,
somos ellas y yo
la misma.

Así que en mi andar de pie
están todas ellas.
Fueron y serán antes del tiempo.
Higos costura quimioterapia,
in vitro
divorcio abandono falsedad,
disfraz de ángel
hielo
lo viven y lo ganan aún perdiendo.

Yo soy sola pero menos
cada vez
si pronuncio palabras como ayúdame
consejo
estoy
per
di
da.
Auxilio.
Si digo no sé.

Así como me quedé con el amor
así como alguna vez huí de mí y he vuelto
me quedo ahora con ellas también. No las suelto.
Eso que somos se convierte en la cueva que me cobija
Estamos pintadas, pintamos en las rocas de esa cueva.

Podría seguir contando
como esta periferia se me acompaña,
pero un niño llora y me busca
para que haya vida hago falta,
así que
me
voy.

Keila Vall de la Ville


Nacida en Caracas, Venezuela. Autora de la novela Los días animales (OT Editores 2016), el poemario Viaje Legado (Bid&Co 2016) y el libro de cuentos Ana no duerme (Monte Ávila Editores Latinoamericana 2008), obra ampliada y reeditada por Sudaquia Editores con el título Ana no duerme y otros cuentos (2016).

miércoles, 25 de enero de 2017

Martin Niemöller

 
























Cuando los nazis vinieron a llevarse a los comunistas,
guardé silencio,
porque yo no era comunista,

Cuando vinieron a buscar a los socialdemócratas,
guardé silencio,
porque yo no era socialdemócrata,


Cuando vinieron a buscar a los sindicalistas,
no dije nada,
porque yo no era sindicalista,

Cuando vinieron a llevarse a los judíos,
no dije nada,
porque yo no era judío, 


Luego, ellos vinieron a buscarme
y no quedaba nadie para protestar.


  
Martin Niemöller 



 Poema original

Als die Nazis die Kommunisten holten,
habe ich geschwiegen;
ich war ja kein Kommunist.

Als sie die Sozialdemokraten einsperrten,
habe ich geschwiegen;
ich war ja kein Sozialdemokrat.

Als sie die Gewerkschafter holten,
habe ich nicht protestiert;
ich war ja kein Gewerkschafter.

Als sie die Juden holten,
habe ich nicht protestiert;
ich war ja kein Jude.

Als sie mich holten,
gab es keinen mehr, der protestieren konnte.


Martin Niemöller (Lippstadt, Renania del Norte-Westfalia, 14 de enero de 1892 – Wiesbaden,           Hesse, 6 de marzo de 1984) 
fue un pastor luterano alemán.

lunes, 23 de enero de 2017

Muchas maneras de matar / Bertold Brecht

 


















Muchas maneras de matar

Hay muchas maneras de matar.
Pueden meterte un cuchillo en el vientre.
Quitarte el pan.
No curarte de una enfermedad.
Meterte en una mala vivienda.
Empujarte hasta el suicidio.
Torturarte hasta la muerte por medio del trabajo.
Llevarte a la guerra, etc...
Sólo pocas de estas cosas están prohibidas en nuestro Estado.


 
Bertold Brecht

viernes, 6 de enero de 2017

Simone Weil / La puerta

























 La Puerta

Ábrenos ya la puerta y veremos los vergeles,
Beberemos de sus aguas frías que aún conservan la huella de la luna.
El largo camino arde hostil a los extraños.
A ciegas erramos sin encontrar el lugar.

Agobiados por la sed, queremos ver las flores.
Esperando y sufriendo, henos por fin aquí delante de la puerta.
A golpes la abatiremos, si es preciso.
Golpeamos y empujamos, pero es demasiado firme.

Sólo nos queda languidecer, esperar y mirar en vano.
Contemplamos la puerta, cerrada, inconmovible.
Fijamos en ella nuestros ojos, llorando bajo el tormento;
Sin dejar de mirar la puerta, el peso del tiempo nos abruma.

La puerta está ante nosotros; ¿de qué nos sirve querer?
Mejor marcharse y abandonar toda esperanza.
No entraremos jamás. Cansados estamos de verla...
La puerta, al abrirse, dejó pasar tanto silencio...

Ni flores ni jardines suntuosos;
Tan sólo el espacio inmenso donde están el vacío y la luz,
Se hizo de súbito presente y colmó el corazón,
Lavando los ojos casi ciegos por el polvo.

Simone Weil 



Simone Weil (París, 3 de febrero de 1909 – Ashford, 24 de agosto de 1943) fue una filósofa francesa.